El alumno mas brillante de Diónenes de Sinope nació en estas tierras Colombianas herederas de la sangre y el poder. Nieto de carniceros aprendió de ellos que no existen seres sagrados, expulsado de todos los colegios por donde realizo su cruzada existencial, con el tiempo tallo el mármol de su juicio critico, y aun cuando la gran esfera cultural hipocritamente respetuosa lo ha despojado del lugar que se merece y lo ha desterrado a la soledad por el físico miedo que le tienen a sus palabras, nadie le puede robar sus méritos, ha sido verdugo de las letras porque sabe muy bien que quien entra en la voz pública entra a su vez a una plaza donde se es de vez en vez victima y victimario. Harold Alvarado Tenorio es lo que muchos niegan un juez carnicero en medio de una burguesía literaria de cócteles y lambonerias, es lo que le niegan, ser el mayor maestro de Colombia de la DIATRIBA, la cual siempre ha lanzado durante toda su vida, realizando un ajuste de cuentas que como el mismo sentencia: «La crítica. Respeta solo a quienes le merecen respeto, y reconoce que otros varios merecen una consideración educativa. No condena sin juzgar. Lee y hace cuentas: de tesoros encontrados, de robos y de los frutos del trabajo de vidas verdaderas». Como poeta solo nos queda decir que sus versos nacen de Colombia, un paraíso tropical y caníbal.
M.M.C.
Miro tu rostro.
Imagino que habríamos sido felices
si fuera joven
como tú,
sin un pasado,
sin las convicciones que compramos al tiempo.
Miro tu rostro
y confirmo
que nada tiene ya sentido:
tu hermosura debería ser mi sal de cada día
tu juventud me haría vivir otros veinte años.
Miro tu rostro
y me pregunto:
¿Quién estableció esta rutinaria separación de edades?
¿Quién la fidelidad como hierro inamovible?
¿Quién nos quitó la realidad
y sólo nos dejó el deseo?
DE LO QUE QUEDA
De aquella muchacha
Quedarán
Sus horribles caderas
Vistas al trasluz de una cerradura,
El horror de su rostro
Al verse penetrada por un placer
Como nunca antes
Miserable alguno la había tocado.
Me dirás que vano
Es recordar esa escena
De piedad complacida,
Mejores serán otras noches,
Más cuerpos te dará el tiempo.
Sin embargo, de su rostro conservo
Un grito de placer
Y unas lágrimas
De agradecimiento.
LOMA CASTELLANA
Amarilla y seca
como los desiertos
fue nuestra vida.
Árida será, también,
nuestra muerte.
Ni huesos ni polvo de huesos
quedará de nuestra soberbia,
vuestra vanidad,
nuestro apetito,
vuestra ruindad,
nuestro rencor
vuestra indecente codicia
de ser peor que los otros
es decir, nosotros.
Agradezcamos,
al arte de imaginar
la posible existencia otros mundos.
Quizás sólo allí
haya color, luz, agua y descanso.
Sólo se muere una vez.
Nosotros,
hemos muerto dos veces.
LA POESÍA
¿Qué eres sino la visión de la noche?
Todo lo nocturno te pertenece.
Invitas a los espléndidos banquetes de los sueños
y a las no menos espléndidas vigilias de la realidad.
Viajas con el hombre y la mujer como si fueras
la llama de sus ojos, el bordón de su felicidad
o el humo espeso de los amaneceres.
Para ti, madre del dolor, sólo hay gloria y pesar,
el mediodía no está escrito en tus agendas.
Ninguna otra cosa eres, poesía,
que la más alta sima donde el loco,
los mortales,
los desheredados de la suerte y la fortuna,
encuentran cobijo.
Tú, la detestada, la leprosa, la purulenta,
eres la mejor de las hembras
la mejor madre.
la mejor esposa
la mejor hermana
y la más larga y gozosa de las noches.
A PRINCIPIOS DE JUNIO
Desnuda, enteramente sin voz,
Los ojos abiertos a la noche del gozo
Las altas piernas
Los deseos, la frescura del semen
Sobre la carne.
Vientos de soledad
Te unen a ellos
Deseos vestidos del perfume del cuerpo
Curvados sobre anchas espaldas.
Las grandes esperas y las míseras recompensas.
Vivirás
El dolor, el vano lecho que te ofrece
Para nunca jamás.
Miras el paso medido de la hembra
Levantándose para no volver,
Agitando el pelo húmedo, cuando
El agua cae y piensa quién eres
Sin volver sobre la vida cotidiana
Y el placer del alcohol.
Ciudades que paseas
Mirando cuerpos, disecando miradas
Con la frialdad de los solitarios
Con su dureza, su desdén por unir cabos
Olvidados.
Viajas lleno de ellas
De la ronca voz del teléfono que
Canta un fin de semana,
Aquellos labios jóvenes
Curvados sobre las ingles que
Se esfuerzan por llegar a algún sitio.
Frágil memoria de la carne
Que ignora su vicio por las ideas
Y las palabras.
Proverbios
No hables.
Mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren.
Confía sólo en los niños y los animales
y de los ancianos aprende el miedo de haber vivido demasiado.
A tus contemporáneos pregunta sólo cosas prácticas
y comparte con ellos tus fracasos, tus enfermedades,
tus angustias, pero nunca tus éxitos.
De tus hermanos ama el que está lejos
y teme al que vive cerca.
A tus padres nunca preguntes por su pasado
ni trates de aclarar con ellos tu niñez y juventud.
Con tu patrón no hables, escríbele y nunca le cuentes
tus planes futuros y miéntele respecto a tu pasado.
Con tus colegas habla del clima, el aumento de salario
y elogia con vigor sus faltas.
Ama a tu mujer hasta donde ella lo permita
y si llegas a tener hijos, piensa que,
como en los juegos de azar,
podrás ganar o perder.
El destino no existe.
Eres tú tu destino.
Y si llegas a la vejez da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo,
pero implora con resignación por tu pronta muerte.
Los que no tenemos dinero ni poder valemos menos
que un caballo, un perro, un pájaro o una luna llena.
Los que no tenemos dinero ni poder siempre hemos callado
para poder vivir largos años.
Los que no tenemos dinero ni poder
llegados a los cuarenta
debemos vivir en silencio
en absoluta soledad.
Así lo entendieron los antiguos,
así lo certifica el presente.
Quien no pudo cambiar su país antes de cumplir la cuarta década
está condenado a pagar su cobardía por el resto de sus días.
Los héroes siempre murieron jóvenes.
No te cuentes, entonces, entre ellos.
y termina tus días
haciendo el cínico papel de un hombre sabio.
Poeta, ensayista, traductor y editor colombiano nacido en Buga en 1945.
Hizo estudios de Literatura Latinoamericana en la Universidad Complutense de Madrid, donde recibió título de Doctor con una tesis sobre la obra de Jorge Luis Borges.
Ha sido docente en varias universidades americanas, catedrático en el departamento de literatura latinoamericana de Marymount Manhattan College de New York y director del Departamento de Letras en la Universidad Nacional de Colombia donde recibió el Título de Profesor. Entre sus libros figuran: «Cinco poetas españoles de la Generación del Cincuenta» en 1980, «Kavafis» en 1984, «Espejo de máscaras» en 1987, «Una generación desencantada: los poetas colombianos de los años setenta» en 1985, «La poesía de T.S. Eliot» en 1988, «Poemas chinos de amor» en 1992, «Ensayos» en 1994, «Literaturas de América Latina» en 1995, «Summa del cuerpo» en 2002 y «Fragmentos y despojos» en 2002 «Ajuste de cuentas» 2014 y «La cultura en la republica del narco» 2015 . Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y el Internacional de Poesía Arcipreste de Hita.
Su obra ha sido publicada en inglés, francés, italiano, griego, chino, alemán y portugués.
Imagen de portada e interiores: Fotografías por Sally Mann